Nada hay imposible para Dios

 

Es impresionante ver todo lo que Eva vio en el árbol y que no existía. A nosotros nos pasa lo mismo. 

Por tanto, no nos debe sorprender lo que el enemigo nos puede hacer ver para engañarnos, y salirnos del camino. Lo que pasó con Eva volverá a pasar con el que acepta la tentación. Verá en el pecado lo que el pecado no tiene y lo más triste es que las cosas cambiarán. La mayoría de las veces cambiarán en forma definitiva, en otras podrá regresarse a la condición anterior, pero siempre habrá un cambio y un pago que sufrir.

Lo inesperado después de la caída del hombre es lo que Dios le prometió. El le aseguró que la simiente de la mujer, la cual es Cristo, triunfaría al final sobre Satanás (esto confirma el nacimiento virginal de Cristo, pues se habla de la simiente de la mujer y no de la del hombre). 

Jesucristo, el prometido de Dios, sería gravemente herido en esta batalla, pero al final Cristo le daría un golpe mortal a Satanás. Génesis 3:15. Qué importante es para el creyente saber que el enemigo ha sido derrotado en forma definitiva. Es por esta razón que somos llamados más que vencedores cuando apropiamos la victoria de Cristo. El creyente no debe ir a la batalla para saber si va a triunfar, sino seguro de que ha triunfado por medio de aquel que nos amó.

nohaynadaimposible1
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